De la Guerra Santa a la reivindicación de los derechos LGTB, ¿Cuestión de marketing?

Hace poco, en este mismo medio, se publicaba una nota titulada “La década igualada” en referencia a los 10 años de la Ley de Matrimonio Igualitario. Hoy se conoce el cambio de postura eclesiástico al respecto. ¿Por qué?

“Les escribo estas líneas a cada una de ustedes que están en los cuatro monasterios de Buenos Aires. El pueblo argentino deberá afrontar, en las próximas semanas, una situación cuyo resultado puede herir gravemente a la familia. Se trata del proyecto de ley sobre matrimonio de personas del mismo sexo”, comenzaba la carta de Jorge Bergoglio a las religiosas carmelitas de Buenos Aires. En ese momento, el cardenal le declaraba así la Guerra Santa a la comunidad LGTB en vías de la aprobación del matrimonio igualitario.

Pasaron 10 años de ese momento y ahora como Papa Francisco, el líder religioso aifrmó que “Los homosexuales tienen derecho a estar en una familia”. Estas declaraciones fueron difundidas a través de un documental estrenado el miércoles en un festival de cine en Roma.

Entonces, ¿son las creencias de Bergoglio por un lado y las de Francisco por otro? ¿O bien, estamos ante una ‘panquequeada’ más de un comercio que se adapta a los contextos? Marketing como pocos supieron hacerlo -punto para la religión-, pero tema aparte.

Sin lugar a dudas, las luchas por fuera de la eterna monogamia heterosexual han ido modificando contextos e incluso culturas que han puesto en jaque los discursos emanados desde el imperio religioso. Pero, al igual que la biblia, han ido modificando sus ¿principios? y adaptándose a un entorno cambiante cuál especie animal con el fin de sobrevivir.

Porque de eso trata, de sobrevivir. De subsistir en una evolución que a pesar de pasar de la edad feudal al modernismo, siguió con costumbres religiosas de la Edad Media, pero que han sido cuestionadas en las últimas décadas. Lo contemporáneo da reveses a una Iglesia que esquiva obstáculos y salta extremos de ser necesario.

Al igual que sobre el divorcio, por poner un ejemplo, el discurso parece cambiar sobre la comunidad LGTB, quienes no eran parte, sino que poseían alguna enfermedad, pero ahora parecen ser adoptados como “hijos de Dios”, según propias palabras de su santidad.

La pregunta pasa por saber si en la iglesia hay una modificación de principios o posturas por evolución, o si es otro acto mercantil para seguir en pie en una época de cambios, donde la comunidad religiosa pierde adeptos continuamente.

¿Evolución o marketing?